Daniel Young, arquitecto del Instituto Nacional de Cultura (INAC) que hace parte de la misión, relató que el grupo –en el que había también personal de Ambiente y el representante de la UICN en Panamá– se encontraba cenando cuando empezaron a ver gente que corría. Minutos después, la televisión empezó a informar lo que sucedía.
En ese momento, detalló, huyeron del restaurante y tomaron un ferri que estaba repleto. “La gente lloraba; nos acercaron a la costa y luego corrimos como dos kilómetros más o menos; era casi medianoche”.
Expresó que el metro, el tranvía y los taxis no funcionaban.
Al terminar su carrera de dos kilómetros llegaron a la plaza Taksim, la zona moderna. Había militares armados, se escuchaban detonaciones y aeronaves sobrevolaban. Su temor crecía, así que decidieron esconderse en la excavación de una construcción.
“Allí María Isabel Arrocha –otra arquitecta del INAC– vio que tenía roaming y llamó al cónsul de Panamá en Turquía, que nos
rescató”, aseguró.
Young manifestó que no sabe cómo el cónsul pudo llegar, pero lo hizo, y después de intentar llevarlos a los dos hoteles en los que estaba distribuida la delegación, optó por trasladarlos a su apartamento. “En un momento el BMW diplomático quedó entre tanquetas y grupos armados; él maniobró y nos sacó de allí”.
El cónsul es Andrés Núñez, quien dijo que solo cumplió con una de sus tareas principales, que es ponerse a disposición de los ciudadanos panameños cuando lo necesitan. “Me tocó armarme de valor y discutir con los seguridad del edificio, que no me querían dejar salir. Ellos estaban en un área bastante complicada e iban camino a su hotel, que es donde tradicionalmente se forman los conflictos”, apuntó.
Al cierre de esta edición, Núñez informó que aún se escuchaban disparos y había mucho despliegue militar, pero los 27 panameños registrados, la delegación y otros 8 que se reportaron, están en sitios seguros.